31 de julio de 2008

...PROFESION DE FE

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El Corán describe con vivos colores las delicias del Cielo. Ofrece jardines, fuentes, vino y hermosas vírgenes. Aquellos que son admitidos en él pueden beber el vino que les estuvo prohibido en la Tierra y mofarse incluso de los sufrimientos de los no creyentes. .....Así que si con algo de eso se toparon los pedaleros del Domingo, ......aun nos espera el recochineo a los demás.

Os dejo la estupenda crónica de AToro, para que alimentéis la inevitable, y siempre sana, envidia

TOCAMOS EL CIELO

Dicen que para llegar al cielo hay que ganárselo, pasar por el calvario del sufrimiento, y realizar buenas obras.
De todo hubo en la última ruta hasta llegar al pueblo mas alto de España, 1.470 m de altitud
Aprovechando la salida que tenia prevista el club ciclista de la Rábita, de donde también es socio nuestro compañero presidente Antonio Godoy, se planteó ésta atrevida e intrépida ascensión al cielo.
Algunos nos levantamos a las 5 de la mañana, y según supimos después, otros apenas durmieron. Nos acomodamos en dos furgonetas de apoyo del patronato, la del amigo José Maria y dos turismos más para el personal.
Los dias previos se vivieron con cierto nerviosismo para que todo funcionase sin problemas, ello como siempre implica que algunos de nuestros compañeros dediquen parte de su tiempo a los demás, toda la logística debe funcionar sin problemas. Hasta el último momento no sabemos exactamente cuantos íbamos, pero en principio seríamos unos 16, pero se produjeron 4 bajas de última hora, por tanto hasta los números cuadran 12 apostoles (fueron los santos; Antonio Godoy, José María, Paco, Soto, Mena, Salvador, José Manuel, Adriano, Juan, Pablo, Rafa y yo) para pasar el calvario con S´candalo incluido porque nos lo merecemos.
Salimos a las 6:30 h. de la mañana desde Torrox y llegamos a las 8:10 h. Los compañeros de la Rábita estaban impacientes porque según decían esa etapa es dura de pelar en ésta época si se hace con el sol encima. Salimos a las 8:30, estimo que unos casi 30 ciclistas, con 3 coches de apoyo. Algunos de antemano habíamos decidido hacer la primera parte desde el coche, estos eran ocho kilómetros de falso llano entre La Rábita y Albuñol que si està a 246 m. de altitud, tenemos un desnivel del 3%, osea un paseito. Pero es aquí donde empezaba lo realmente duro, entre Albuñol y Albondon, un tramo de 10,4 Kms, con un desnivel de 649 m. con respecto al pueblo anterior, esto supone una rampa media del 6,2 %. En éste tramo se produjo el “descoloque” de la mayoría, donde unos tiraron francamente muy muy fuerte y otros se lo tomaron con mas filosofía, posiblemente conocedores de lo que aún estaba por llegar. En Albondón, una vez que nos pasaron los dos primeros corredores, nos incorporamos Paco y yo, frescos como lechugas llegamos a la venta donde poco antes nos pasaron también otros 4 corredores que harían su parada en la venta del Tarugo, todos del club de La Rabita. Continuamos cámara de fotos en mano hacia una bajada de otros 10 kms. hasta Cádiar, donde los 2 primeros escapados nos manifestaron su voluntad de volverse, hasta aquí se habían invertido 2 horas y cuarenta minutos, los últimos llegarían unos 20 minutos mas tarde. Según nos decían era demasiado tiempo, veníamos a una velocidad demasiado lenta y que justo a la vuelta lo pagaríamos, sobre todo en la rampa que acabábamos de bajar y que después sería de subida.
Hasta aquí todo se desarrollaba en un entorno típico de la Contraviesa, viñas, almendros e higueras con una orografía abrupta que no permitía el respiro. Las chicharras no cantaban, se reian a nuestro paso como diciendo: “estos no saben lo que les queda”. De nuevo subida, pero a lo lejos, en las alturas se divisa un verde intenso y dos pequeñas poblaciones, Juviles y Los Bérchules, donde repostamos agua de su fuente fria como si del invierno se tratara. Los cohetes de su fiesta mayor anunciaban nuestra llegada. A esa altura la mayoría de los integrantes del club de la Rabita ya se habían dado media vuelta y no pudieron disfrutar del maravilloso espectáculo de los fresales, tomates cherrys, frambuesos y otros cultivos de un verde intenso cegador. La mayoría del grupo conectó un poco más arriba, Todo un tobogán de subidas y bajadas en medio ahora de un bosque mediterráneo de encinas retamas y otras plantas de la zona. Un poco más adelante una confabulación frondosa nos invitaba a parar en cualquier sombra para llenar agua de sus numerosas fuentes. Los coches de apoyo no paraban de dar vueltas, asistiendo con su música de megafonía o suministrando refrescos para evitar la deshidratación. También supimos a posteriori, que algún que otro conductor aprovechaba para degustar a su paso por cada venta (eran muchas) el magnífico jamón que de tapas ponían.
A las 13:00 h. nos hacíamos las primeras fotos a la entrada de Trevélez. A casi 40 minutos llegaban los mas rezagados con evidentes síntomas de cansancio. A las puertas de un supermercado acabamos con casi todos los refrescos y nos metimos en el cuerpo un bocata de al menos 30 cms de largo con jamón cortado a mano.
A las 14:15 poníamos rumbo al sur. Ya con el pelotón más mermado iniciamos un bonito descenso con repechos rompepiernas por si alguien pensaba que ya estaba todo hecho. Una hora de asfixiante calor hasta llegar a Cádiar donde nos reagrupamos todos para hacer en coche la subida de 11,5 Kms hasta la Venta del Tarugo. Para entonces Antonio Godoy y el presidente del club de la Rabita ya habían tomado una decisión que nos parecía suicida, hacer la ascensión sin coche, oyendo de nuevo el chicharreo incansable y retador bajo un sol (no sé por que le llaman de justicia) capaz de derretir las piedras.
Por cuestiones de logística no pude hacer ese último descenso, supongo que los demás lo disfrutarían, otra vez será, todo sea… por ganar el cielo.
Para los dos que completaron todo el recorrido, fueron 125 kms., para los demás algo menos
Creo que a las siete de la tarde llegamos a Torrox. Algunos nos dio tiempo a disfrutar del encuentro de bandas, posiblemente era la música celestial.

"EN El JARDIN DEL EDEN"

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